La hipoteca es una forma de garantía, considerada eficaz por las entidades financieras de crédito,
bancos y cajas de ahorros, por lo que es mayoritariamente usada por
entidades para la concesión de préstamos y créditos, llamados
hipotecarios por hallarse su devolución garantizada por el derecho real
de hipoteca, y por cuya gran confianza se ha propiciado un notorio
desarrollo del crédito territorial y favorecido así, en numerosos casos, la creación de las llamadas burbujas inmobiliarias.
La hipoteca es un derecho real
de garantía y de realización de valor, que se constituye para asegurar
el cumplimiento de una obligación (normalmente de pago de un crédito o préstamo) sobre un bien, (generalmente inmueble) el cual, aunque gravado, permanece en poder de su propietario, pudiendo el acreedor hipotecario, en caso de que la deuda
garantizada no sea satisfecha en el plazo pactado, promover la venta
forzosa del bien gravado con la hipoteca, cualquiera que sea su titular
en ese momento (reipersecutoriedad)
para, con su importe, hacerse pago del crédito debido, hasta donde
alcance el importe obtenido con la venta forzosa promovida para la
realización de los bienes hipotecados.
La crisis financiera global, iniciada en la segunda mitad de 2007,
ha arrastrado tras sí, aunque en menor medida, también una importante
crisis inmobiliaria, y sobre todo la desconfianza de los ciudadanos de
algunos países en las entidades bancarias. En España la crisis inmobiliaria ha provocado más de 185.000 desahucios, superando la cifra de 500 diarios.
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